jueves, 4 de junio de 2009

RESTAURANTE LA ESCONDIDA, UN LUJO Y UN ARTE-MONTERREY

Entrar a La Escondida es como salir de Monterrey y adentrarse al corazón mismo del hermoso México colonial. Su elegante arquitectura y decoración, suaves arcos y grandes pinturas, refinadas artesanías en barro y madera, y representaciones de ángeles y santos nos transportan a esa seductora atmósfera del centro de nuestro país.

El atento anfitrión nos recibió en la puerta y nos acompañó a nuestra mesa delicadamente iluminada por una vela. La luz baja y la ambientación de este pequeño restaurante invitan a la tranquilidad, al disfrute. La sensación es que se ha entrado a un lugar en el que se cuidan todos los detalles, impresión que confirmamos más tarde al conocer a Jorge Ibarrola, el orgulloso propietario de este lugar que es completamente de su creación.

Para él, el ser restaurantero no es un negocio, sino una pasión. Nos ha confesado que siempre fue su sueño tener un restaurante, y que fueron los amigos que disfrutaban de sus platillos quienes lo estimularon a perseguir ese ideal. Es así que, once años atrás, se estableció en esta casa de más de cien años de antigüedad, remodelándola y decorándola a su gusto. Desde entonces, él siempre está al pendiente para que las cosas salgan como debe de ser, desde comprar los productos que son siempre frescos y de la mejor calidad, verificar que las salsas tengan los sabores correctos y la presentación sea impecable, y que los invitados estén contentos.

Es probablemente esa pasión lo que ha ocasionado que muchas personas se hayan convertido en fanáticos de su cocina, y que regresen a saborear el mismo platillo una y otra vez. Ibarrola nos comenta que a veces es difícil lograr que prueben una nueva receta, pero cuando lo logra, los vuelve a sorprender.

Más que original, la propuesta de Jorge, creador de la mayoría de los platillos, es única, pues los sabores que aquí se pueden probar no se encuentran en otro lugar. Huitlacoche, tequila, membrillo, mole, frijol negro, una larga lista de chiles y otros ingredientes muy mexicanos hacen singulares salsas, aderezos y vinagretas que son el acompañamiento constante de cortes de carne como el Angus Beef, el cabrito, la lengua o el lechón, pescados y mariscos como el atún, el huachinango o los camarones, y aves como el pollo, la codorniz o el pato, derivando en sabores completamente nuevos.

Sin embargo, aunque no se trata exclusivamente de cocina mexicana sino de una deliciosa composición de elementos típicos de diferentes naciones como Francia, Suiza, Canadá, y España, en general los platillos siempre tienen un acento mexicano. Pero lo importante es que él tiene el talento para lograr que sabores tan diferentes se distingan y se complementen entre sí de una forma exquisita.

Pero así como puede comer unas deliciosas crepas de salmón en salsa de huitlacoche con fondue de queso (¡le sugiero que no deje de probarlas!), hay también una variedad de arroces, los típicos frijoles mexicanos con gorditas de manteca que se han hecho famosos, y la característica sopa de tortilla o chiles rellenos, pero siempre con un toque de creatividad y una extraordinaria sazón.

Los colores son la esencia del espíritu mexicano, y aquí el uso de ellos tanto en la decoración como en los platillos, es exuberante y mágico. La presentación es tan importante como el sabor, pero éste no es como otros lugares en los que, con el pretexto de ser nouvelle cuisine, los platillos son diminutos. Aquí las porciones son grandes y bien servidas, para aquellos que, como yo, son de buen comer.

Es importante decir que el amante de los vinos tendrá no solo más de sesenta vinos para elegir, entre ellos el de la casa especialmente elaborado por Casa Madero, sino que podrá traer esa botella especial que había estado guardando para abrir en una ocasión especial y con una comida que lo amerite.

Quien visita La Escondida está seguro de que su la experiencia será extraordinaria, y que todos los elementos que la componen serán impecables, pues en este lugar no se trata solamente de comer bien, sino de todo un lujo y un arte, elaborado especialmente para aquellos que lo saben apreciar.

Hasta la próxima!
Cesarinna Bustamante

Restaurante La Escondida. Río Verde No. 147, Col. Miravalle, Monterrey, N.L. Tel. 8348 9816. Abierto de Lunes a Sábado de 13 a 12 horas, y el Domingo de 13 a 18 horas.

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